Nutrición y prevención de enfermedades crónicas

Marcela Guimarães: Dietista – Nutricionista

Nºcolegiada AS00087

Una alimentación saludable es clave para la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurodegenerativas y ciertos tipos de cáncer.

Priorizar alimentos naturales y frescos es uno de los factores importantes en ese aspecto, como por ejemplo:

  • Frutas y verduras al menos 5 porciones al día pues nos ofrece vitaminas, minerales y fibras;
  • Legumbres como lentejas, garbanzos, alubias que aportan fibras y proteína de origen vegetal;
  • Cereales integrales como quinoa, arroz integral que también nos aportan fibras y nos ayuda a controlar el azúcar de la sangue;
  • Frutos secos y semillas como nueces, almendras, chía, lino que son ricos en fibras y en grasas saludables.

Otro punto fundamental es evitar los alimentos ultraprocesados, con alto niveles de azúcares añadidos, harinas refinadas, grasas trans, sal, sodio, adictivos y conservantes artificiales, así como los edulcorantes artificiales. Además, evitar el consumo de embutidos y comidas rápidas.

Con relación a las grasas de la dieta, lo ideal es optar por grasas saludables al lugar de grasas saturadas y trans, como el aceite de oliva, frutos secos, aguacate, pescados azules (sardinas, salmón, atún…). Importante también evitar los alimentos fritos y margarinas y demás productos que contengan grasa hidrogenada.

Reducir el consumo de sal también es una estrategia benéfica para la prevención de enfermedades crónicas, principalmente la hipertensión arterial. Al lugar de la sal, podemos hacer uso de especias y hierbas para dar sabor a los alimentos.

La regulación del peso corporal también es un factor importante. Un peso saludable reduce el riesgo de padecer enfermedades metabólicas. El consumo equilibrado de calorías y nutrientes evita el sobrepeso y la obesidad, factores de riesgo clave para diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.

Además de lo que fue dicho anteriormente, mantener niveles de hidratación adecuados (aproximadamente 2 litros de agua por día) y mantener un estilo de vida saludable como hacer ejercicio físico regular, descansar, evitar el tabaquismo y el exceso de bebidas alcohólicas son otros aspectos importantes para nuestra salud.

Por lo tanto, una nutrición adecuada no solo previene enfermedades crónicas, sino que también mejora la calidad de vida y el bienestar general. Adoptar hábitos saludables desde edades tempranas es clave para una vida más larga y saludable.

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